Este es un blog que quiere hacer llegar cuentos diferentes a todos aquellos que los quieran leer.

martes, 26 de junio de 2012

LAS AVENTURAS DE NICO Y NILO

Hola a todos de nuevo,

Os quiero presentar a mis dos nuevos amigos. Se llaman Nico y Nilo. Son dos pequeñas ardillas, habitantes de un bonito bosque, a las que les gusta jugar, divertirse, y sobre todo, disfrutar de la naturaleza. Casi me olvido, y son hermanos. Nico es la mayor. Su verdadero nombre es Nicole, pero le gusta que la llamen Nico. Es una bonita ardilla a la que le encanta disfrutar del sol, y sobre todo, le gusta que el lugar donde vive siempre esté igual de bonito. Es muy tranquila, algo seria a veces, pero sobre todo, muy protectora con su hermano. Nilo, el pequeño, es muy inquieto, le encanta hacer rabiar a su hermana, aunque en el fondo, no podría separarse de ella. Y por cierto, lo que más le gusta es el chocolate.
Ahora que ya he hecho las presentaciones, os dejo con su primera aventura.
Espero que os guste.



UN DIA EN EL LAGO

Era un bonito día de primavera, lucía el sol y Nico y Nilo estaban disfrutando del calorcito en su rama preferida.
—Hoy es un buen día para darnos un baño en el lago—dijo Nilo.
—Es una gran idea. Podríamos hacer un picnic.
—¡Si, un picnic!¡Qué guay! Vamos a organizarlo.

Los dos juntos comenzaron a preparar el almuerzo. Nico fue a recoger algunas frutas: unas ricas fresas y unas refrescantes naranjas. Mientras, Nilo se encargó de hacer los bocadillos. Preparó dos enormes bocatas de jamón y queso. A Nilo le encantaba el jamón.
—Ya está todo listo—dijo Nico mientras cerraba la cesta del picnic—. Nilo, no te olvides de coger los flotadores y la pelota.

Comenzaron a saltar de rama en rama y en un abrir y cerrar de ojos, los dos hermanos llegaron al lago.
Nico, a la que no le gustaba el agua fría, decidió meterse poco a poco en el lago. De repente oyó un grito.
—¡Bomba va!—gritó Nilo, a la vez que daba un salto y caía al agua salpicando a Nico.
Éste no paraba de reírse; su hermana estaba empapada.
—¡Me has mojado entera! No te escapes, te vas a enterar.

Comenzó a perseguir a su hermano por toda la orilla echándole agua sin parar. Nilo corría y reía a la vez, hasta que se tropezó y cayó al suelo. Nico lo alcanzó y comenzó a reírse de él.
—No tiene gracia. Me he tropezado con algo y me he hecho daño.
Nico se acercó a mirar con qué se había tropezado su hermano.
—Mira, es una botella de cristal—dijo muy sorprendida—. ¿Quién la habrá tirado aquí?
—Allí hay más basura, Nico. ¿Quién habrá hecho esto? Con lo bonito que es este lugar.
—Tengo una idea. Juguemos a recoger la basura. El que recoja más se podrá comer el bocadillo más grande.
—¡No, mi superbocata! —gritó Nilo riéndose—. No me vas a ganar. Ese bocata es mío.
Nico y Nilo empezaron a recoger toda la basura. Había botellas, plásticos y muchos papeles. No paraban de correr de un lado a otro limpiando toda la orilla del lago. Fue un trabajo duro, pero cuando terminaron, se sintieron muy bien. El lago estaba limpio y bonito.





Debía ser ya la hora de comer porque el estómago de Nilo empezó a hacer ruidos. Se sentaron junto a la orilla del lago y sacaron la comida de la cesta de picnic.
—Yo he recogido más basura que tú. Me toca a mí el bocadillo grande—dijo Nilo sacando su superbocata.
—Está bien. Es todo tuyo, te lo has ganado. Has hecho un buen trabajo.

Nico miró a su hermano sonriendo, mientras éste le daba un enorme mordisco al bocadillo de jamón y queso. Terminaron los bocatas a toda velocidad, tenían mucha hambre. De postre se tomaron las fresas y las naranjas. Estaban tan, tan llenos que decidieron echarse una siesta bajo un gran árbol.
Pasado un buen rato, Nico se despertó. Vio que su hermano ya estaba levantado.
—¿Qué tienes ahí escondido, Nilo?
—Nada.
—Mentira, tienes algo ahí detrás.
Nico se acercó a su hermano y vio que tenía escondida una chocolatina.
—¡Nilo, una chocolatina!
—Mmm, me encanta el chocolate—dijo éste mientras comenzaba a comérsela con gran satisfacción.

Pasaron toda la tarde jugando con la pelota y bañándose en el agua. Había sido un día fantástico. Pero llegó la hora de volver a casa. Nico comenzó a recoger el picnic.
—Nilo, ayúdame a recoger. Debemos dejar todo limpio.
—¡Estoy cansado!—dijo Nilo, que se había sentado en la orilla del lago y jugaba a tirar piedrecillas al agua.
—Debemos dejar todo muy limpio para que la próxima vez que vengamos esté tan bonito como está ahora. ¿A qué este lugar es precioso?
—Tienes razón. Voy a ayudarte.
Y los dos hermanos recogieron el picnic sin perder en ningún momento la sonrisa.

Recordad, chicos. Es muy importante mantener limpios nuestros bosques y lagos. Así siempre podréis disfrutar de ellos. ¡Hasta la próxima!

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